El Metriorhynchus no tenía coraza y vivía siempre en el agua. Visto desde arriba, su cráneo presentaba un perfil puntiagudo y tenía una forma triangular. Ambos maxilares eran muy largos y estaban provistos de pequeños dientes muy afilados que usaba para atrapar los peces de los que se alimentaba. Sus extremidades se habían transformado en aletas para poder nadar mejor. Además tenía una aleta en la cola que usaba como la de un pez: la movía de lado a lado para coger velocidad. Este animal tenía las fosas nasales en la punta del hocico para poder respirar sin sacar por completo el cráneo. Este animal posiblemente iba a los ríos a deshovar y dejaba los huevos dentro de un agujero para que no los detectaran los depredadores. Este animal tenía glándulas salinas que le permitían beber agua salada. Este animal era un gran depredador que cazaba peces y cefalópodos e incluso atacaba el gigantesco Leedsichthys, de más de 18 metros de largo, pero el Metriorhynchus también podía ser presa de otros reptiles marinos como el Liopleurodon.
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Metriorhynchus
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