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El Edmontonia era uno de los últimos nodosaurios. Se caracterizaba por su cuerpo cubierto de una armadura de placas óseas dispuestas en línea que lo protegían de los depredadores como el Tyrannosaurus o el Albertosaurus. También tenía espinas a los lados del cuerpo y en la cola.
Características[]
El Edmontonia estaba armado con una coraza formada por placas óseas y espinas. Las placas del cuello y de los hombros estaban colocadas en tres filas horizontales, mientras que las del resto del cuerpo funcionaban como una cota de malla recubierta de pequeñas espinas óseas. Además de esta armadura, el Edmontonia tenía espinas en los dos lados del cuerpo que sobresalían como si fuera una barrera de lanzas. El Edmontonia solo tenia que írsele encima al depredador y las púas gigantes de los hombros se clavaban en las piernas del predador. Además, la cola del Edmontonia tenía pequeñas espinas en los lados, que el animal utilizaba como un látigo para alejar a los depredadores. Pero esta defensa tenía un punto débil, el vientre, que no estaba cubierto, y para defenderlo, el Edmontonia se agachaba cuando le atacaban.
Cráneo[]
Su cabeza triangular estaba recubierta de placas que encajaban perfectamente, como en el caso de un puzzle. Una protuberancia ósea cubría la parte superior del ojo. Este animal arrancaba la vegetación con su pico desdentado, que luego trituraba con sus pequeños dientes en forma de hoja, situados más atrás.
Patas[]
El Edmontonia era un animal cuadrúpedo que avanzaba sobre cuatro robustas patas similares a las del elefante que le permitían sostener y repartir bien su peso. Al final de cada pata tenía cuatro dedos con garras que recuerdan a las pezuñas de los elefantes, y como en su caso, con una ayuda para repartir mejor el peso.