Cymbospondylus fue un género de ictiosaurio primitivo que habitó el sector noroeste del antiguo Océano Pantalasa a inicios y mediados del Período Triásico, hace 249 a 237 millones de años atrás. Este depredador es reconocido gracias a algunas de sus especies que alcanzaron un tamaño enorme en tan solo 3 millones de años después que los primeros ictiosaurios volvieran al mar, algo que a las ballenas les tomó más de 45 millones de años. Actualmente, cuenta con seis especies formalmente descritas (entre 1868 y 2021). Es el primer animal de proporciones épicas que habitó la Tierra del que se tiene registro.
Su nombre viene del griego antiguo y quiere decir "bote de vértebras", seguramente porque estos eran y siguen siendo los huesos que más se han encontrado de este aninal.
Características.[]
Cuerpos y cráneos:[]
Al ser un ictiosaurio primitivo, Cymbospondylus tenía un cuerpo más cilíndrico y alargado que terminaba en una cola dotada de una sola aleta, una anatomía que dista de los cuerpos ovalada y colas de dos aletas de desarrollaron sus sucesores. Asimismo, los Cymbospondylus poseían unos ojos bastante pequeños en comparación a su cuerpo, mientras que los demás ictiosaurios adquirieron unos globos oculares considerablemente grandes.
Crédito: @kta92751434 en Twitter.
Su cráneo era robusto y se iba estrechando hacia la punta del hocico, y la mayoría de especies (a excepción de C. youngorum y C. nichollsi) presentaban una cresta sagital pronunciada (una protuberancia craneal que contribuía a la masticación).
Por mucho tiempo se pensó que Cymbospondylus carecía de una vela dorsal, pero estudios más recientes sugieren que sí estaba presente, solo que era poco pronunciada. De todas formas, no se ha hallado evidencia fósil de esto hasta el momento.
Tamaño y dientes:[]
Las diferencias más notables entre las seis especies conocidas son el tamaño y la cantidad de dientes. La especie más pequeñas fue C. duelferi, con estimaciones entre los 4 y 5 metros, seguido muy de cerca por C. buchseri, que probablemente llegó a meder 5.5 metros de longitud. La tercera especie más pequeña sería C. nichollsi, con unos nada despreciables 7.6 metros; luego vendría C. petrinus con sus 9 metros, aunque cuando recién se descubrió le dieron estimaciones que superaban los 12 metros. La segunda especie más grande vendría siendo C. piscosus con cálculos que rondan los 10 metros, mientras que la especie de mayor tamaño lo superaría casi por el doble: C. youngorum habría contado con más de 44 kilogramos de peso y 17 metros de longitud, de los cuales casi dos metros pertenecían al cráneo, que era considerablemente más robusto que los de sus parientes (aunque tanto sus ojos como sus dientes eran más proporcionalmente pequeños en contraste a las demás especies).
Los dientes de Cymbospondylus eran grandes y afilados, similares a la de los reptiles modernos. La especie con menos piezas dentales era la más pequeña, con un alrededor de 21 dientes a cada lado de la mandíbula; C. petrinus, por otro lado, pudo haber tenido entre 60 y 70 dientes en total, mientras que a la especie más grande se le han estimado hasta 80 piezas.
Forma de vida:[]
Se especula que la viviparidad ya se había desarrollado para cuando aparecieron los primeros Cymbospondylus en el océano, por lo que es probable que estos dieran crías vivas en lugar de huevos. Incluso se ha llegado a pensar que los Cymbospondylus en desarrollo podían pelear a muerte dentro del vientre de su madre, como sucede con el tiburón toro, mas no hay evidencia alguna de esto hasta la fecha
Es posible que, debido a su gran tamaño, estos ictiosaurios optaran por vivir en solitario (o en grupos reducidos, en caso de las especies más pequeñas) para evitar el enfrentamiento por comida, socializando con miembros de su propia especie solo cuando fuese época de apareamiento.
Este animal rondaría cerca de la superficie, cazando activamente a moluscos, crustáceos, peces y otros reptiles marinos que trituraría con facilidad. Como carecía de branquias, Cymbospondylus tendría que elevar la cabeza fuera del agua cada cierto tiempo para no ahogarse.
Descubrimiento.[]
El hallazgo de Leidy:[]
La descripción de las primeras especies de Cymbospondylus se remonta a 1868. Los restos, que se basaban en un par de series de vértebras desenterradas en Nevada, fueron encontrados y estudiados por Joseph Leidy, dando origen a dos especies: C. piscosus (la especie tipo) y C. petrinus. Si bien se empezó a dudar de la validez de la especie tipo en el 2000, jamás se realizó un estudio formal, y de haberlo hecho, el género no habría corrido riesgo de volverse obsoleto gracias a la veracidad de Cymbospondylus petrinus.
A finales del siglo XIX se nombraron una cantidad enorme de especies de Cymbospondylus que al final terminaron siendo ejemplares de las especies ya descubiertas, a saber: C. germanicus, C. parvus, C. nevadanus y C. grandis (que primero había sido acuñado a Chonespondylus). A principios del siglo XX, fue descubierto C. natans, pero más tarde fue reclasificado como un ejemplar de Phalarodon nordenskioeldii.
Tres nuevas especies:[]
Más de un siglo después del descubrimiento de Leidy, se dio a conocer material fósil encontrado en Suiza, el cuál contaba con un cráneo, las aletas, una cintura pectoral y 51 vértebras presacras ininterrumpidas con costillas asociadas. La especie fue nombrada como C. buchseri por P. Martin Sander. Asimismo, en 2002 se describió a C. asiaticus, pero estudios posteriores revelaron que en realidad era un espécimen de Guizhouichthyosaurus tangae.
En 2006, se publicó la cuarta especie a mano de Fröbisch y colaboradores: Cymbospondylus nichollsi (en honor a la Dra. Elizabeth L. Nicholls). 14 años después, Nicole Klein y colegas dieron a conocer a C. duelferi, aludiendo a Olaf Dülfer.
Cymbospondylus youngorum.[]
Descubrimiento:[]
Restos recuperados entre 1998 y 2015 darían a conocer, en 2021, a una nueva y sorprendente especie: Cymbospondylus youngorum, descrita por P. Martin Sander y colaboradores. El individuo consta de un cráneo que mide casi 2 metros, y se le estima una longitud total 17, siendo así la especie más grande de Cymbospondylus hasta el momento. Esto es, sin duda, un hallazgo fascinante teniendo en cuenta que Cymbospondylus apareció, apenas, entre tres y cuatro millones de años después de los primeros ictiosaurios, que con suerte lograban medir los 50 centímetros.
Evolución:[]
Cr: Art Evolved.
El mar durante el triásico (y el planeta en general) era un lugar hostil, costaba trabajo desarrollarse, y no era para menos sabiendo que el mundo estaba recién recuperándose le extinción más letal de la que se tiene registro. No obstante, la comunidad científica se sorprendió al descubrir la rápida evolución y adaptación de Cymbospondylus. Viniendo de ancestros terrestres que no superaban el medio metro de longitud, C. youngorum supo aprovechar lo que disponían las redes tróficas marinas. Se sospecha que la gran disposición de conodontos y amonites fue el pilar fundamental para el desarrollo de este monstruo marino, lo que a su vez le permitía cazar presas de mayor tamaño: peces e incluso otros reptiles marinos más pequeños. Comparándolo con los cetáceos actuales, se ha puesto en evidencia que la depredación activa y la pérdida de dientes son factores a tomar en cuenta a la hora de estudiar el agigantamiento de las especies marinas.
En la cultura popular:[]
Si bien Cymbospondylus no es tan popular como sus primos, ha sido ilustrado en múltiples enciclopedias y libros didácticos, ya sea de dinosaurios, reptiles marinos o de vida prehistórica como tal. Sin embargo, su aparición más notable es en el Documental Walking With Dinosaurs: Sea Monsters, en el capítulo "Dangerous Seas", donde se le representa brevemente atacando a Nigel Marven (el presentador del documental). De todas formas, es probable que adquiera mayor fama a partir los descubrimientos recientes, y empiece a ser retratado más a menudo.
Cymbospondylos en Walking With Dinosaurs.